amando al enemigo
La siguiente historia relata lo sucedido hace mucho tiempo, en una época en la que roma dominaba casi todo Europa; una época de guerra tras guerra.
El rey romano era extremadamente poderoso y había ganado grandes territorios en crueles batallas. Tenía una hija muy bella, quien era la princesa, por supuesto, y a ella no le faltaba nada, pues en teoría todo lo tenía, pero ella siempre sentía que le faltaba algo, sentía un cierto vacío en su vida.
Por otra parte, existía el imperio persa, acérrimo enemigo de roma. Durante un ataque sorpresivo a roma al príncipe persa le toco la difícil tarea de asesinar a la princesa de roma, para intimidar al rey romano y motivarlo a otorgar parte de su territorio. El ataque fue exitoso y el príncipe logro entrar al palacio real de roma. El príncipe entro solo hasta la habitación de la princesa, ella estaba dormida, el príncipe, antes de intentar asesinarla, se detuvo, quizás por un fuerte impulso de admirar la belleza de la princesa. Además el no estaba seguro de querer cumplir su misión, pues la piedad era algo que brotaba desde su corazón, porque el príncipe no era cruel como su padre, quien le había encomendado el asesinato que estaba a punto de cometer; el joven monarca se quedo paralizado y solo se envolvió en el rostro angelical y la escultural figura de la princesa. De pronto, esta ultima despertó, y se asustó en gran manera. El príncipe al verla tan inocente y tan bella, decidió que no podría cumplir su encomienda, así que le pidió a la chica que se tranquilizara y optó por explicarle lo que estaba pasando, y le conto todo sobre el y sobre su difícil tarea. Le confesó que estuvo a punto de quitarle la vida, pero justo antes de hacerlo, le había pasado algo inexplicable, pues el había sentido una gran ternura al verla durmiendo. Después de un rato de estar juntos, la princesa sintió algo que jamás había experimentado, y comenzó a confiar en el príncipe. Comenzaron a enamorarse ciegamente el uno del otro, y decidieron que tenían que estar juntos, pero para ello, debían detener las guerras entre sus imperios. Se entristecieron al pensar que sus padres jamás accederían, así que planearon escapar juntos sin que nadie se enterara, ellos se enamoraron tanto que no podían describir lo que estaban sintiendo, los dos se consideraban uno para el otro y dependían uno del otro.
Ellos aprendieron a sobrevivir como simples aldeanos, en un pequeño lugar con gente de que no los conocía, ellos querían que su amor jamás terminara y que la guerra no pudiera separarlos, así que decidieron buscar a un viejo hechicero. Cuando lo encontraron le contaron lo sucedido, y el viejo los entendió perfectamente, así que decidió ayudarlos, el les dijo que existía un conjuro que podría lograr lo que ellos querían, pero los dos debían de probar su voluntad y su amor, luego, les asigno una tarea a cada uno.
A la mujer, le dijo que tenía que aventurarse en el traicionero río Eufrates, sobre una pequeña balsa. Ella debía atrapar al cocodrilo más grande y majestuoso de ese río, tenia que llevárselo al hechicero en buenas condiciones.
Por otra parte, el príncipe tenía que adentrarse en la densa selva, era fácil perderse por lo espesa que era. Tenía que capturar a un jaguar, llevarlo en buenas condiciones.
El hechicero esperó por su regreso. Los dos jóvenes cumplieron con su tarea. El anciano les explicó que los animales que habían capturado representaban a los imperios que abandonaron, que si los pusieran juntos y de alguna manera en un terreno neutral jamás dejarían de pelear, pero que podría haber un equilibrio entre ellos que lograra la paz. Los jóvenes comprendieron que aún tenían esperanza con sus pueblos, así que el viejo les dijo que si lograban la paz entre sus padres, el conjuro se cumpliría porque lograrían la unión de sus familias y así podrían estar juntos sin ser fugitivos y de esa manera nadie los podría separar.
Ellos lograron la paz entre sus reinos, los reyes reconocieron sus errores , dialogaron y llegaron a un acuerdo, se unieron y juntos se convirtieron en un imperio muy poderoso, próspero y bien gobernado. Los príncipes enamorados vivieron felices para siempre. Ellos crecieron y sus padres murieron, así que se hicieron reyes de los pueblos que algún día consideraron en guerra eterna. Encontraron la paz para siempre y gobernaron con justicia y piedad.
Su reino sirvió como ejemplo para muchos otros, que también decidieron promover la paz.
FIN